EL DOCENTE LO HACE TODO
El proceso de enseñanza-aprendizaje implica
una intima relación entre el docente, el alumno padres de familia y todo el cúmulo de
conocimientos que juntos habrán de explorar, y en donde el primero, con su
mayor experiencia, guiara al segundo.
Como se mencionó, es mucho lo que un
docente tiene que saber: las distintas asignaturas que debe enseñar; el dominio
de todas las disciplinas que le permitirán hacerlo; el uso de la psicología en
la que se apoyará para comprender a los demás y así mismo, el orden social
imperante en donde se realiza el proceso educativo, y muchos aspectos más, a
los cual habrá de agregar un estilo personal fundamentado en una practica bien
orientada. Es por todo esto que la enseñanza está considerad como una ciencia y
un arte, toda vez que exige un perfecto equilibrio entre el conocimiento, la
habilidad, los rasgos de la personalidad y el carácter del educador.
Al igual que un artista, el docente
debe asumir una gran variedad de facetas para llevar adelante su misión de
educador. No puede conformarse con representar un solo papel en la obra
educativa: su actuación se vería muy limitada y no podría superar los
obstáculos que comúnmente impiden una educación de calidad.
Estos obstáculos son de distinta
naturaleza. Uno de ellos, por ejemplo, desvirtúa la trascendencia del acto
educativo y la satisfacción que se obtiene al trabajar con alumnos/as en el
momento justo en que se transforman el desinterés y entrega que caracterizan a
esta noble labor en una actividad interesada que tan sólo busca obtener
determinada posición dentro de la comunidad.
EL DOCENTE ESTÁ EN ACTUALIZACIÓN CONSTANTE
Si el docente desea proyectar la imagen de un profesionista enterado, que
está al tanto no sólo de los avances en materia educativa sino, además, de los
cambios más importantes que se dan en otras esferas del conocimiento, requerirá
de la actualización permanente.
Es claro que los conocimientos que una vez adquirió dentro de la
preparación propia de su carrera le sirvieron para iniciar su camino en la
docencia; pero esto no es suficiente. Un docente ideal, para asegurar y garantizar
el éxito de su labor informativa-formativa tendrá que hacer todo lo posible
para estar al día y obtener una formación cultural que lo convierta, dentro de
su entorno, en la persona mejor informada, más culta y familiarizada con los
adelantos representativos de la ciencia y la tecnología.
El docente, por otra parte, también debe poseer conocimientos acerca del
temperamento, los rasgos de la personalidad, la herencia, así como de las características
físicas y psíquicas de sus alumnos/as los/as cuales entre otros resultan muy
importantes para llevar adelante su misión educativa.
De igual manera, tiene que estar en contacto con las nuevas corrientes
educativas empleando una mentalidad abierta, receptiva y libre de prejuicios.
Muchas veces los buenos docentes han construido su propio sistema de enseñanza,
el cual, dada su amplia experiencia, les ha dado muy buenos resultados; sin
embargo, algunos se cierran ante las propuestas modernas por considerar que no
tienen nada de innovadoras, excepto el complicado lenguaje con el que en ocasiones,
se presentan. En este caso, lo más adecuado sería que los analizaran a
profundidad, asegurándose de que por lo menos algo podrán aportar al enriquecimiento
del acervo cultural del educador experto.
EL DOCENTE SABE
ENSEÑAR
El docente que logra proyectar una imagen que irradia plena confianza en su
capacidad como educador, es aquél que está convencido que un alumno/a aprende
por las actividades que el mismo realiza, y por consiguiente, considera que la
enseñanza no es una mera transmisión de conocimientos, sino más bien un proceso
de orientación que servirá para facilitarle esas actividades. Esto le ha
permitido obtener la habilidad necesaria para lograr que el estudiante haga lo
que tiene que aprender. Y es que no puede esperarse que un discípulo aprenda
con lo que se le dice o con lo que ve; esto pudiera resultar en algunos temas
en donde lo único que se requiere es conservarlos en la memoria, pero para el
resto de los aprendizajes es necesario
practicarlos y aplicarlos una y otra vez durante bastante tiempo y en
las condiciones favorables que el propio docente se encargará de crear.
Tomando en cuenta lo anterior, se comprende por qué el empleo constante de
lo aprendido es necesario para su retención; y más aún si el estudiante
requiere dominar algún tema en particular. Aquí no se puede dejar de considerar
que la temida falta de retención se presenta cuando no se aplica lo que se
aprendió ¿Qué ocurre al inicio de un nuevo curso? Si hasta parece que los
alumnos/as jamás se presentaron en el curso anterior. Todos parecen haber
olvidado los conceptos adquiridos tan sólo unos meses atrás.
EL DOCENTE HACE FÁCIL LO DIFÍCIL
Un docente es una persona cuya función específica dentro
de la sociedad es la de facilitar el desarrollo intelectual, personal y social
de sus alumnos/as; dicho en otras palabras su propósito es ayudarlos/as a
aprender nuevos conocimientos y a
desarrollar nuevas actitudes o formas de comportamiento.
Solo que aquí surge la pregunta: ¿Cómo? Ya que todos padres de familia, docentes e incluso
los mismos/as alumnos/as, esperan que los objetivos del aprendizaje sean
alcanzados; todos consideran que el docente eficaz y profesional es aquel que
lo logra.
Algunos achacan su éxito a factores propios de su
personalidad, al hecho de que sea justo, amable, confiable, etcétera; y otros,
a que posee un dominio suficiente de las asignaturas que enseña y un
conocimiento profundo de los niños, jóvenes, adultos, de la forma como aprenden
los seres humano, así como la habilidad que tenga para crear los ambientes
propicios para que se dé el aprendizaje. En realidad son necesarios todos los
aspectos señalados.
Para que un docente cumpla satisfactoriamente su función y
además, logre proyectar la imagen del docente que convierte en fácil lo
difícil, es imperativo el dominio de todo lo relacionado con el aprendizaje y
la conducta del ser humano, y no depender, como en otras épocas del sentido común y las experiencias en el
aula. Sin afán de desecharlos, pues ambos aspectos son de gran importancia, el
docente moderno tendrá que echar mano de la gran variedad de conceptos
provenientes de la psicología, sociología, antropología y otras muchas
disciplinas, lo que le permitirá interpretar correctamente la compleja realidad
de los salones de clase y poner en práctica las estrategias necesarias para
reforzarla o corregirla cuando sea necesario, y de esta manera construir un
entorno que favorezca el proceso educativo
Prueba de logros de aprendizaje en educación básica
A partir del próximo 22 de
octubre de 2012, la Gerencia de Seguimiento a la Calidad del MINED, llevará a cabo la
Evaluación de Logros de Aprendizaje en Educación Básica en 388 instituciones
educativas de todo el país.
Las asignaturas a evaluar son Matemática, y Lenguaje
y Literatura, en los grados de 3º, 6º y 9º de Educación Básica. En las pruebas
participarán unos 39 mil 500 estudiantes de 77 instituciones privadas y 311
publicas, de las que 263 son rurales y 125 urbanas.
Técnicos del Ministerio se encuentra elaborando los
items de las materias a examinar. Para tercer grado son 30 Items, para sexto
grado serán 35 y para noveno grado 40 puntos. Para la realización de esta
prueba se invertirán $250,000.
El objetivo principal de esta Evaluación de Logros
de Aprendizaje es obtener información confiable sobre los niveles de
aprendizaje que los estudiantes han adquirido en Lenguaje y Literatura así como
en Matemática, para tener insumos que incidan en la toma de decisiones
tendientes a mejorar la calidad
EL DOCENTE LO
SABE TODO
“Un buen docente tiene que ser
competente dentro de una gran variedad de aspectos y demostrar su habilidad en múltiples
situaciones”
Para llevar a cabo una labor
informativa de calidad, es preciso poseer un conocimiento profundo y claro.
Esto significa que no es suficiente el hecho de superar por escaso margen, el
conocimiento que sobre determinado tema pudieran tener los alumnos/as en
definitiva, éste tendrá que ser mucho más amplio profundo y siempre nacido de
la reflexión, de tal forma que cuando se transmita, sea posible hacerlo sin que
se cometan errores y dentro de un contexto universal que permita al profesor/a
establecer la vinculación existente entre las distintas ramas del saber humano.
Aunque es natural que los
contenidos que se imparten a los alumnos/as no son muy profundos, al maestro,
en cambio, le será imprescindible que posean esa calidad para que pueda llevar
a cabo su labor. Esto le obligará a preparar meticulosamente cada una de sus
clases, con ejemplos y actividades, láminas, cuadros o proyecciones, previendo
incluso las dificultades que pudieran presentarse. Este trabajo de preparación
es muy necesario, ya que gracias a él, un educador proyectará ante sus
alumnos/as una imagen positiva: la autoridad de su enseñanza.
Todo el mundo se dará cuenta de la gran
facilidad con la que habla del tema; de la seguridad con la que cita datos,
fechas e informaciones adicionales; de la rapidez con la que encuentra
distintos apoyos didácticos tales como lecturas, ilustraciones, fotografías,
esquemas. Mapas, etcétera, y todo dentro de un orden perfecto.
Jamás debe olvidar que el
alumno/a siempre será el primer crítico del docente. Él se da cuenta de las
vacilaciones y titubeos que tiene su profesor/a, de las rectificaciones que
realiza sobre su discurso, de los errores en que incurre al dar instrucciones
sobre determinadas actividades, de todos esos problemas sin solución que le
presenta debido a que están mal planteados. En fin, que como resultado de la
inseguridad que el docente demuestra durante el desarrollo de la clase, pierde
su credibilidad y la confianza de todo el grupo.
DOCENTES
La labor del docente no se reduce
únicamente a enseñar o dar a conocer los contenidos que son necesarios para que
el alumno/a pueda acceder al siguiente grado.
Es por ello que las aptitudes y
actitudes indispensables dentro de esta profesión son diferentes a las que
requieren en otros campos de la actividad humana. De aquí que a veces llegan a
encontrarse experimentados arquitectos, reconocidos médicos, excelentes
matemáticos y muchos otros expertos en las distintas ramas del saber
impartiendo clases, sobre todo en instituciones de educación superior, que son
criticados por sus propios alumnos/as debido a que les es muy difícil lograr transmitir
sus conocimientos
¿Por qué? Sencillamente porque un
docente, con toda esa experiencia que procede de la práctica cotidiana, ha
desarrollado ciertas habilidades que no pueden obtenerse con facilidad de otra
manera
VOCACIÓN DOCENTE
Querer enseñar, cumplir con todas
las exigencias que una sólida preparación implica, estar dispuesta a enfrentar
y vencer todas las problemáticas inherentes al ejercicio de la profesión y ,
sobre todo, ser capaz de sentir la mayor de las satisfacciones por el simple
hecho de trabajar con alumnos/as, eso es tener vocación para la docencia.
Desde siempre han existido
personas que al fracasar en el desempeño de otras actividades se dedican a la
enseñanza como una última alternativa; también las hay quienes siendo
estudiantes, van de una carrera a otra hasta que terminan en el magisterio o
que, incluso, se dejan llevar por la vida presas de una toral indecisión y se
convierten en docentes sólo porque un familiar o un amigo lo son. Otros más
toman la docencia como un escalón, como un medio para allegarse recursos
económicos y así poder estudiar la carrera que verdaderamente les agrada: o que
eligen esta profesión por la estabilidad (permanencia casi segura en el empleo)
que ofrece; y otras más que la escogen con el único propósito de complementar
el ingreso familiar. En ninguno de estos casos está presente esa inclinación
natural o vocación por la docencia. Desde luego que es posible que algunas
lleguen a ser buenos docentes; por ejemplo, aquellos/as que desempeñan varias
actividades y las abandonaron para quedarse en el magisterio, descubriendo que
esto era lo que estaban buscando. Pero éstos son los menos.
Cuando no hay vocación el
desempeño se dificulta, el trabajo es muy duro y los problemas parecen mayores
de lo que realmente son. Es por esto que la elección de esta carrera no puede
tomarse a la ligera. Son muchas las preguntas que deben contestarse antes de hacerlo:
¿En verdad se quiere dedicar la vida a la enseñanza?, ¿Se poseen todos los
rasgos de personalidad que deben estar presentes en un docente?, ¿Se conocen
los requerimientos de su preparación?, ¿Se cuenta con la paciencia necesaria
para el trato con niños/as?, se dispone de las aptitudes indispensables para
obtener el éxito en la profesión?
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